La pareja es una de las relaciones más significativas para la persona y a la vez una de las más complejas. Se concibe a la pareja como un todo formado por dos individuos, que aportan cada uno su historia familiar, personal, cultural, creencias, costumbres, etc.

Esto puede capitalizarse por la pareja favoreciendo el desarrollo y enriquecimiento de la misma, o por el contrario provocar el surgimiento de conflictos por diferencias difíciles de reconciliar.

A menudo la suma de conflictos deriva en crisis de pareja que sus miembros no pueden solucionar. En este punto, el proceso terapéutico se presenta como un recurso que brinda nuevas perspectivas para mejorar la relación.

También se la puede considerar una alternativa de acción preventiva ante el inicio de las dificultades, favoreciendo así un manejo más adecuado ante los problemas que surgen y el encuentro de soluciones.